lunes, 22 de abril de 2013

Que se hagan responsables.


Paladar negro.

El sentimiento independientista en TyC Sports.



Bienvenidos al principio del fin. Lo que tanto se pretendía evitar ya es un hecho: Independiente perdió la cabeza. Lo hizo el sábado pasado, cuando Cantero le puso fin al ciclo de Gallego sin tener siquiera un plan alternativo viable. Con el equipo en coma, se derrocharon días valiosos con interinos hasta que se encontró a un entrenador sincero y honesto como Brindisi. Tan sincero que hasta él mismo confesó que no era su momento de volver y que no estaba decidido. A ese DT, que a las horas cambió su decisión por presión ajena y por amor al club, Independiente ha atado su futuro.

Cuesta entender la elección por Brindisi desde cualquier punto de vista. Su pasado involucrado al descenso de Huracán sobresale más en estos momentos que la gloria alcanzada hace 20 años en Avellaneda. Los más de dos años sin dirigir son el entendible argumento que explica el desconocimiento del plantel actual y el mercado general.  Sus características clásicas de conducción, con los ejes en la decencia y la serenidad, invitan a proyectos a largo plazo. Por todo esto es que él mismo no pretendía tomar el timón. Y, lamentablemente, bastó un partido para darle la razón. 

¿Por qué se cambió el 4-3-1-2 ensayado en las primeras prácticas por un 4-4-1-1 claramente más amarrete? No es lógico ensayar con una idea durante las pocas horas de entrenamiento del nuevo ciclo y luego cambiarla en pos de un interés más defensivo. La consecuencia es lo que se vio ayer: un Rojo timorato sin tenencia de pelota ni solidez para contragolpear.

¿Por qué se apostó por veteranos sin ritmo de juego ni nivel para afrontar esta situación? No hace falta ser lúcido para entender que Hilario, Tuzzio, Battión y Farías ya no rinden. Lo de Tuzzio y Battión fue todavía peor, ya que se los vio en clara desventaja física. Entonces, el lema de “apostar por los grandes” que enarboló Brindisi carece de sentido. Si los grandes están destrozados, ¿de qué estamos hablando?

¿Por qué se relegó a dos de los tres mejores jugadores del Rojo? Miranda y, a pesar de su único partido, Fernández habían sido lo más destacado junto con Montenegro. A ninguno de los dos les pesó la presión como a Farías y a tantos otros. Increíblemente, se los dejó afuera para confeccionar un equipo súperlento que padeció la movilidad y el buen manejo del mediocampo de Rafaela.

¿Por qué no se corrigió a tiempo el problema de Mancuello? Desde los seis minutos de juego estaba nítido que el zurdo lucía desencajado. Aun así, Brindisi sólo lanzó: “Hay que darle una mano a Mancuello”. Muy pobre herramienta de DT. Había que enroscar con Ferreyra, disponer un cambio táctico o sacarlo sin pruritos. En esta situación, la duda y la lentitud para pensar te liquidan. La infantilidad del volante devenido en lateral hizo el resto.

Da lástima de verdad que Brindisi tenga que someterse a esta picadora de carne, porque el medio conoce y resalta la calidad de persona que es. Pero le pusieron el piloto de tormenta de manera forzada y las consecuencias están a la vista. El crédito aún lo tiene abierto porque su jerarquía como entrenador lo reclama. Independiente ya no tiene alternativa ni cabeza para pensar. A correr a toda velocidad en la delgada cornisa.

Martín Rubino
"TYC SPORTS", WEB


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