lunes, 16 de diciembre de 2013

M. Vidal: “Nunca practiqué la pegada”.

Marcelo Vidal pasó por Olé y con la misma naturalidad con la que patea admitió que no ensaya sus tiros: “Desde chico me salen así”.



En Paraná aun se sacude la red del arco de Patronato después del bombazo que descerrajó Marcelo Vidal. El gol sorprendió a todos menos al autor. “Sabía que si el remate era bombeado Bértoli iba a llegar, por eso decidí pegarle con todo”, explica con la misma naturalidad con la que patea el volante de 22 años que se transformó en la aparición más importante de Independiente en la B Nacional.

-¿Practicás mucho?
-No, nunca practiqué la pegada y tampoco lo hago ahora. Desde muy chico le pego fuerte y con precisión. Metí varios goles desde afuera del área en Inferiores y en Reserva. Creo que es natural.

-¿Le pegás bien sólo con pelota en movimiento?
-Soy bueno para los tiros libres. No le pego como un crack, pero sé ubicar la pelota. Ya le pedí al Rolfi que me deje patear alguno, pero no quiso, je. Ahora con el gol que hice le puedo meter más presión. Creo que la pegada la heredé de mi viejo (Marcelo).

-¿Qué te dijo tu papá después del partido?
-Me felicitó pero después me marcó cada error que cometí. Y tiene razón, no jugué bien, estuve impreciso y di cuatro pases mal. El es el que más me enseña. Jugó en Arsenal en el 89, era enganche y le decían el Mágico. Era de tirar sombreros, tacos, caños...

-Y vos saliste leñador...
-Sí, ja. Tengo la ventaja de tener un técnico en casa que me sigue a todos lados y no se le escapa una. Resalta lo bueno pero hace hincapié en lo malo.

-Fuiste titular contra Sportivo Belgrano y no saliste más. ¿Pensabas que te ibas a ganar el puesto tan rápido?
-Sabía que no podía dejar pasar mi oportunidad, pero me sorprendí. Igual De Felippe siempre dice que llegar es sencillo y que lo difícil es mantenerse. Si jugás un partido de diez puntos y después te ralajás y jugás para un tres no sirve de nada. Lo importante es que el técnico, Tula y Morel siempre están encima para que uno no afloje y mantenga una regularidad.
-¿Todavía entrás nervioso a los partidos?
-En los primeros diez minutos sí. Quizás no se nota porque trato de disimularlo y lo puedo manejar. Después me voy soltando.

-En un momento estuviste cerca de quedar libre. ¿Ahora que firmaste el contrato estás más tranquilo?
-Sí, eso me tranquilizó, no sabía que iba a ser de mi futuro y no quería irme.

-Cuando arribó De Felippe estaban desahuciados. ¿Qué cambió? -Omar llegó para poner orden. No nos molestó, eso era lo que le hacía falta al plantel porque Miguel (Brindisi), era muy pasivo, sereno y comprensivo.

-Precisaban mano dura.
-Claro. De Felippe vino con su voz de mando y nos encaminó. Fue importante su conocimiento de la categoría. Ahora los trabajos son muy duros. Después de los partidos nos cita bien temprano para ver dos horas de videos y marcarnos los errores. No es obsesivo, pero sí muy trabajador.

-Algunos deben quedarse dormidos, ¿no?
-¡Sí! Ja... Repite cada jugada tres o cuatro veces. Nos dice que cuanto menos nos equivoquemos menos videos vamos a ver.

-¿Cómo te complementás con Zapata cuando defienden y atacan?
-Yo soy el volante tapón y Martín se suelta. Cuando atacamos él juega como un ocho, los laterales pasan a ser volantes y yo acompaño. Y cuando defendemos soy un central más. Es importante jugar en bloque, cuando el equipo queda largo me desgasto mucho.

-Desde que vos entraste no les convirtieron más.
-Trato de ayudar a los centrales. Si pasa algo abajo tengo que estar ahí para facilitarles la tarea. A veces perdemos la pelota y quedamos mal parados. Hay que mejorar mucho porque se viene lo más difícil.

"OLÉ"

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