jueves, 26 de diciembre de 2013

"Le quiero devolver al club algo de todo lo que me dio".

Esta noche es la despedida de Gabriel Milito del fútbol y el Mariscal explica que aceptó el homenaje porque el dinero recaudado será destinado a obras para los pibes del Rojo.



-Enfrente vas a tener hoy a tu hermano Diego, a Forlán... Delanteros en actividad y muy importantes. ¿Cómo te estás preparando para poder pararlos...?
-Jaja... Ellos tienen ventaja porque siguen jugando, je... Yo en cambio suelo jugar una vez por semana con amigos pero no es lo mismo. La verdad es que no tengo un plan específico de entrenamiento. Igualmente, espero disfrutar del partido. Sin dudas va a ser una noche muy especial y muy emotiva para mí.

Descontracturado, ya sin ese desgaste mental y físico que lo llevó a colgar los botines hace un año y medio, Gabriel Milito vive con ansiedad las horas previas a su partido despedida. Esta noche, a partir de las 20.30, en un Libertadores de América que albergará a aproximadamente 30.000 almas, el Mariscal recibirá un merecido homenaje por sus 16 años de carrera. Se vestirá por última vez como jugador, con esa camiseta de Independiente que supo defender en 173 partidos oficiales. Esa camiseta que, pese a no tenerla siempre puesta, pareciera llevarla consigo en todo momento. Sus actos certifican ese amor por los colores. Ese sentido de pertenencia por el cual es tan querido por los hinchas. “Soy lo que soy gracias a Independiente. Si acepté este partido despedida es por el fin, que es recaudar fondos para la Fundación. Es una forma de devolverle a Independiente algo de todo lo que me dio”, le afirma a Olé . Así es: una vez deducidos los gastos que tendrá la empresa encargada de la organización del evento, el dinero recaudado irá a la cuenta de la Fundación que lleva su nombre y que él acaba de crear hace pocas semanas. La misma tiene un objetivo específico: juntar fondos para realizar obras en el predio de Domínico, donde se entrenan la Primera y las Inferiores del Rojo.

-¿Cuándo surgió la idea de la Fundación?
-No hubo un día puntual. Recuerdo que cuando volví al club me encontré con el predio de Domínico en condiciones que no me parecía que eran las adecuadas. Esperaba encontrarme con otra realidad teniendo en cuenta que hacía ocho años que me había ido a Europa. En charlas con amigos y conocidos, gente de mi entorno, empecé a pensar de qué manera podíamos cambiar esa situación. Y así fue que surgió la idea de crear esta Fundación cuya finalidad es realizar mejoras en el predio, apuntadas a a los chicos que son el futuro del club.

-Por eso aceptaste que te hicieran este partido.
-Sí, claro. En el momento en que me retiré tuve algunos ofrecimientos para hacer una despedida pero no estaba muy convencido. Cuando vi que podía funcionar como un instrumento para generar fondos y ayudar al club, acepté la propuesta. Sinceramente me siento un privilegiado de poder tener un festejo semejante. En la historia de Independiente hubo muchísimos grandes futbolistas que merecieron tener su partido despedida y por distintos motivos no tuvieron esa suerte. Así que espero disfrutarlo y la gente que venga a la cancha, también.

-¿Extrañás el fútbol?
-Se extraña el hecho de jugar. La adrenalina que sentís antes de un partido es única... Creo que no hay algo que se pueda comparar. Pero no estoy arrepentido de la decisión que tomé de retirarme porque ya estaba sufriendo. Tanto desde lo mental, con los problemas que encontré en Independiente a mi regreso, como desde lo físico, con esa rodilla que me pasó factura por tanto tiempo de inactividad cuando me lesioné en el Barcelona. Hoy estoy arrancando mi carrera de entrenador en el Selectivo y eso, seguir ligado al fútbol, me gusta. Además, es algo que me apasiona. Siento que esto es mi vida.

-Tuviste la chance de ser ayudante de campo de Brindisi, te ofrecieron agarrar de manager... ¿Por qué al final elegiste dirigir un Selectivo?
-Lo de ser ayudante fue un ofrecimiento de Miguel, a quien le agradecí por haber pensado en mí para esa función. En ese momento no lo vi correcto aceptar. Sentía que podía serle útil a mis ex compañeros, que peleaban por no descender, desde otro lugar, no integrando el cuerpo técnico que siempre genera una distancia. La de manager es una función que no me convence. No la siento. Antes del retiro yo sabía que mi futuro iba a ser el de entrenador. A mí me gusta estar en el campo de juego, tratando de tomar el desafío de que un equipo juegue de acuerdo a la idea que uno tiene. Y me pareció que arrancar esta profesión con los chicos era una buena oportunidad.

-¿Soñás con dirigir un plantel de Primera?
-Siempre fui de trazarme objetivos cortos. Hoy pienso en ver jugar al Selectivo con la idea que yo tengo. En mi carrera siempre tomé decisiones por lo que sentía en cada momento, pero analizándolas, no por impulso. Si el día de mañana me pica el bichito de dirigir en Primera, lo intentaré. Pero debo prepararme bien para eso.

-Uno te imagina sentado en el banco de Independiente en un futuro.
-Si decidiera dirigir en Primera será inevitable no imaginarme en Independiente. Pero voy despacio. Hoy intento aportarle al club desde este lugar. Hay que dejar de lado deseos personales. Como dije una vez, el escudo está por delante de todo y de todos.


"OLÉ"

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